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Como mamás es normal preguntarnos ¿mi niño está desarrollándose como debería? ¿Cómo puedo protegerlo mejor?

Hemos creado artículos para que descubras cómo apoyar a proteger el desarrollo de tu pequeño al incio de su vida.

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Aprende a tratar las rozaduras de bebé con estos consejos

 

Las rozaduras en los bebés son una irritación común y generalmente se producen por el roce constante del pañal y la humedad en esta zona. Aquí hay algunos consejos sobre cómo tratar las rozaduras de bebé.

 

Es posible que tengas que probar diferentes métodos o productos para encontrar el que funcione mejor para las rozaduras de bebé. Siempre es bueno consultar con un profesional de la salud si tienes alguna preocupación o si las rozaduras persisten.

La dermatitis de pañal o rozadura 

Es una irritación en el área genital que aparece cuando tu bebé pasa mucho tiempo con el pañal húmedo o sucio. Esto puede llegar a ser muy doloroso para él, por lo que debes tener en cuenta para evitarlo, es que su piel es muy sensible y el contacto con los ácidos contenidos en la orina y heces, pueden lastimar su piel con mucha facilidad.

El síntoma principal es un sarpullido rojo en sus nalguitas. En los casos graves, puede presentarse fiebre y sarpullido generalizado, dependiendo del grado de sarpullido, puede catalogarse como normal, leve, moderado y severo.

La dermatitis mejora después de algunos días de cuidados con pomadas, por eso es necesario visitar al especialista de la salud cuando el sarpullido no mejora, se extiende o si aparece fiebre en tu bebé.

¿Qué causa la dermatitis del pañal?

- Este malestar es común en niños de entre 4 a 15 meses de edad y se nota más en la etapa en que los pequeñitos comienzan a comer alimentos sólidos. Generalmente esta condición es causada por uno o varios factores:
 

Irritación: Es cuando la piel del bebé se irrita al estar expuesta a un pañal ajustado y que roza la piel del bebé por mucho tiempo y provoca inflamación.


Infección: Cuando un bebé tiene un pañal sucio por mucho tiempo, el ph de su piel cambia, lo que provoca que las bacterias y hongos crezcan fácilmente. Generalmente la causa más común de la dermatitis del pañal por infección es un hongo denominado cándida, que crece en lugares calientes y húmedos como un pañal sucio.


Alergia: Algunos bebés son sensibles a las sustancias presentes en jabones, detergentes, pañales y toallitas húmedas, que les provocan sarpullido.


Deposiciones frecuentes y diarrea: Los bebitos con diarrea son más vulnerables a desarrollar rozaduras pues su piel está constantemente húmeda y sensible, un ambiente idóneo para la proliferación de bacterias y hongos.


Consejos para evitar rozaduras de bebés

 

Procura cambiar su pañal en cuanto detectes que está húmedo, un error común en las mamás primerizas es pensar que, por ser pipí, puede aguantar un poco más usándolo.
Las pomadas para rozaduras ayudan, sin embargo, es mejor usarlas únicamente cuando sea necesario, para evitar que su piel se haga dependiente a ella, a no poder calmar las molestias de una dermatitis.
Evita apretar demasiado su pañal, la circulación del aire puede ayudar a evitar la irritación.
Pon especial atención en su pañal, si tu bebé tiene diarrea.
Lavarse las manos antes y después de cambiar el pañal es importante para mantener el área libre de gérmenes.
Evitar productos abrasivos como alcohol o perfumes y preferir productos hipoalergénicos y suaves como agua y jabón neutro para lavar.
Evitar frotar el área y limpiar suavemente con algodón o toallitas húmedas hipoalergénicas.
Si se usan pañales de tela, preferir aquellos de algodón y evitar los que tienen recubrimientos plásticos o de caucho ya que guardan la humedad.


¿Qué hacer si tu bebé tiene rozaduras?

 

Quitarle el pañal y exponer el área al sol, a través de una ventana.
Untarle una pomada para rozaduras y deja que seque al aire libre.
Evita pañales con aroma para que su piel no se irrite más.
Asegúrate de secarlo muy bien después del baño y antes de ponerle el pañal.
Crema orgánica para rozaduras

Sabemos que el cuidado de tu bebé es importante para ti, tanto como el cuidado del planeta, por eso siempre procuras que los productos que utilizas sean de origen orgánico. Etiqueta p: Una opción puede ser la crema para rozaduras. Aquí te mostramos una receta para que elabores tu propia crema de forma fácil, natural y económica.

Ingredientes:

15g de cera orgánica de abeja pura
30g de manteca orgánica de karité
30g de aceite de coco orgánico
60g de aceite orgánico de caléndula


Preparación:

1- Mezcla todos los ingredientes en un recipiente previamente lavado
2- Colócalo al baño maría a fuego muy suave y sin dejar de remover
3- Cuando la cera y los aceites se encuentren totalmente derretidos, retíralos del fuego
4- Sin dejar de remover, añade 1 gota o cápsula de vitamina E
5- Coloca la mezcla rápidamente en un recipiente de vidrio previamente lavado
6- Déjalo enfriar 24 horas


Cuando veas que la mezcla está opaca ¡está lista para usarla!
Mantén la crema en un lugar lejos del sol o fuentes de calor para conservar su textura y frescura.

¡Listo! Ahora sí a cuidar a tu bebé de la forma más natural.

 

¿Cuándo acudir a un profesional de la salud?

Las ronchas se extienden a las piernas, espalda o abdomen.
La irritación empeora o no mejora después de 2 o 3 días.
Se abre la piel y brota sangre, pus o cualquier otro fluido.

 

Un bebé podría usar hasta 8 pañales al día, y aunque podrían ser más, ten muy presente que siempre será mejor hacer cambios constantes, a exponerlo a sufrir la incomodidad de una rozadura.

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Como bajar la fiebre de tu bebé y cuál es el rango normal

 

Recuerda que siempre es mejor consultar a un médico si tienes preocupaciones sobre la fiebre en bebés, especialmente en los primeros meses de vida. El médico podrá hacer un diagnóstico adecuado y proporcionar el tratamiento adecuado.

Asegúrate de que la habitación donde se encuentra tu bebé no esté demasiado caliente. Mantén una temperatura ambiente confortable y evita abrigar en exceso al bebé. Puedes vestirlo con ropa liviana y transpirable. Descubre aquí otros tips sobre como bajarle la temperatura a un bebé.

Si eres mamá primeriza

Seguramente sentirás angustia si a tu bebé tiene la temperatura elevada, lo primero que debes saber es que la fiebre no es una enfermedad, es la reacción natural del organismo para defenderse de las infecciones.

La temperatura normal del cuerpo humano es de 37° C, por lo que es muy importante que acudas con un especialista en la salud si tu bebé tiene 38° C o más. Debes saber que algunos niños pueden presentar aumento fiebre incluso, ante enfermedades leves.

Aprende a medir la temperatura de tu bebé

Es normal que muchos chiquitos tengan cambios de temperatura en su cuerpo de vez en cuando, por eso es importante aprender a medírsela para detectar algún foco rojo y acudir de inmediato al médico si es necesario.
 

Para estar prevenidos, sugerimos que siempre lleves en la pañalera de tu bebé un termómetro digital. Hay de varios tipos, pero los digitales son los más precisos y fáciles de leer, por eso los doctores los recomiendan en la actualidad. Puedes conseguirlos en cualquier farmacia o supermercado y generalmente sirven para tomar la temperatura en 3 diferentes modalidades:

Rectal: El rango de temperatura normal es de 37º C a 38º C, este método se recomienda principalmente en niños menores a 4 años.


Oral: El rango de temperatura normal es de 37º C a 37. 8º C, este método se recomienda principalmente en niños mayores de 4 a 5 años.


Axilar: El rango de temperatura normal es de 36. 4º C a 37. 2º C, este método se recomienda en niños mayores de 4 a 5 años que ya se pueden quedar quietitos con más facilidad.


El mejor método para tomar la temperatura dependerá de la edad de cada nene. Aquí te mencionamos los tres métodos y sus características, pero recuerda que uno de los métodos más efectivos para tu tranquilidad y la de toda la familia es siempre tener el número de teléfono del especialista a mano.

 

¿Cómo identificar la fiebre en bebés?

Si su temperatura está por encima o arriba de:

38 grados vía rectal
37.5 grados vía oral
37.2 grados vía axilar


Entre otros síntomas también están:

Tiene las mejillas inusualmente enrojecidas
- Llora mucho
- Tiene la lengua seca y llora sin lágrimas
- Está decaído o irritable

 

Si tienes la impresión de que tu hijo tiene fiebre, no te fíes de la temperatura de tus manos como punto de referencia; como primer contacto puedes usar tus labios sobre su frente, después toma su temperatura con ayuda de un termómetro para saber la cifra exacta.

 

¿Qué son las convulsiones febriles?

Una convulsión febril es una convulsión en un niño o niña provocada por una fiebre. La causa de la fiebre suele ser una infección. Las convulsiones febriles ocurren en pequeños con buen estado de salud, que tienen un desarrollo normal y que no han tenido síntomas neurológicos.

Si bien una convulsión febril en tu pequeño o pequeña puede ser aterrador, afortunadamente estas convulsiones suelen ser inofensivas, duran pocos minutos y, por lo general, no significa que sean un signo de un problema grave de salud.

Las convulsiones febriles pueden ocurrir en los niños o niñas pequeñas, sin embargo, esto no significa que tengan epilepsia ni que causarán daños permanentes. Cuando se presente una convulsión febril es recomendado acudir al médico.

Causas

- Infecciones en vías aéreas superiores y de oído.
- Infecciones urinarias.
- Gastroenteritis viral y bacteriana.
- Trastornos inflamatorios y auto inmunitarios.

Es importante mencionar que cuando los niños son vacunados, algunas de estas vacunas generan baja o alta fiebre de 1 a 2 grados aproximadamente. También, cuando le brotan los dientitos puede ocasionar fiebre leve.

¿Cómo bajar la temperatura a un bebé?

- Mantén fresca la habitación donde esté tu bebé
- Quítale el exceso de ropa, puedes dejarlo sólo en pañalero
- Para cubrirlo puedes usar una sábana o manta delgada
- Mantén hidratado a tu bebé ofreciéndole el pecho la mayor parte del tiempo
- Aplica paños húmedos en la frente o dale un baño
- Si las toallitas no están sirviendo, se puede bañar al pequeño con agua tibia. Es importante no usar agua fría, ya que esto le causará escalofríos y aumentará su temperatura.
 

No es necesario que acudas al médico si:

No es necesario acudir al doctor si se observa que el pequeño presenta buen ánimo, está interesado en jugar, toma líquidos y come con regularidad. Recordemos que la fiebre es la primera alerta que nuestro cuerpo nos dará si es que algún agente infeccioso ingresa a él, de modo que contrario a lo que se cree, la fiebre combate junto con nuestro cuerpo y no en contra de él.

 

Acude al médico de inmediato si:

- Es difícil despertar a tu bebé o no despierta
- Notas que tiene dificultades para respirar
- Se convulsiona
- En su piel aparecen manchas color rojo oscuro o morado
- Tiene vómito o diarrea excesivos
- El menor tenga 3 meses de edad o menos y la fiebre sea mayor a los 38 grados por vía rectal.
- Tenga de 3 a 12 meses de edad y la fiebre supere los 39 grados.

Puedes intentar bajar la fiebre, pero si su temperatura sube y baja varias veces durante un lapso de 24 horas, busca ayuda para que tu bebé reciba el tratamiento adecuado.

 

Recuerda que es muy importante que no suministres medicamentos a tu hijo si no han sido prescritos por tu profesional de la salud.

 

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Mi bebé de un año no quiere comer ¿Qué puedo hacer?

 

Es común que los bebés de un año tengan períodos en los que parecen ser más selectivos con los alimentos y muestran menos interés en comer. Aquí hay algunas sugerencias que podrían ayudarte

¿Por qué mi bebé de un año no quiere comer? 

Los hábitos alimenticios de los niños pequeños pueden fluctuar, y es normal que tengan preferencias y rechacen ciertos alimentos. Mantén la paciencia y continúa ofreciendo opciones saludables.

¿Tu bebé de 1 año no quiere comer? ¿Se tarda mucho con la comida y se niega rotundamente a comer ciertos alimentos?

Tranquila, en esta edad los niños empiezan a adaptarse a un nuevo mundo de independencia y autonomía, por lo que es normal que puedas batallar un poco con él a la hora de la comida.

En principio, debemos recordar que, a partir de los 12 meses, los niños comienzan a comer menos porque empiezan a crecer mucho más lento que antes, por lo que no necesitan tanta comida. Por otro lado, quieren hacer las cosas por sí mismos, comer solos y sentirse autosuficientes.

Esta nueva actitud puede provocar:

- Un mayor desastre a la hora de la comida.
- Lentitud para comer, porque están aprendiendo a tomar la comida con sus manos y/o usar los cubiertos.
- Mayor oportunidad para negarse a comer ciertos alimentos.

 

¿Por qué los bebés dejan de comer?

 

Seguramente, además de la preocupación, le insistes una y mil veces que se acabe lo que le serviste, y obvio, no obtienes los resultados que esperabas. Y es cuando surge tu pregunta: ¿es normal que mi hijo coma poco?

Así que antes de que entres en crisis o frustración debes conocer algunas cosas sobre el apetito de tu pequeño.

¿Por qué pasa esto?

El apetito de tu hijo tiene variaciones por un brote de crecimiento, es decir, es una etapa en la que el bebé parece no estar conforme con la producción de leche de su madre, y muestra patrones diferentes a los que antes acostumbraba, pudiendo pedir más leche y succionando con más intensidad. Esto es normal pues se está estimulando al pecho a producir más leche para satisfacer su demanda.

Recordemos que su estómago es muy pequeño, así que no te preocupes si sientes que le das poca cantidad, es normal pues la capacidad es limitada. De hecho, el estómago del bebé nace con una capacidad de 30 ml.


Empiezan a distraerse más y tener ganas de experimentar con el mundo exterior, por lo que la comida llega a pasar a segundo plato. ¡No te preocupes! Es normal que el niño se vea estimulado por otras cosas pues está conociendo el mundo externo y prefieren poner atención que comer.
A partir del año de edad, su crecimiento se desacelera lo que puede causar que coma menos.

Estrategias para evitar que tu hijo sea melindroso a la hora de comer

 

Si quieres que la hora de la comida deje de ser un problema y tú hijo empiece a comer disfrutando como antes, checa estos consejos que tenemos para ti:

- No le des colaciones poco tiempo antes de las comidas fuertes, recuerda que su estómago es pequeño y puede llegar a la hora de la comida sintiéndose satisfecho.

- Ofrécele una charola poco complicada limitando la cantidad de tazones, cucharas y tazas. Tener demasiadas cosas a la vista puede resultar abrumador y podría perder su interés en comer.

- Sírvele pequeñas cantidades de alimento, de 1 a 2 cucharadas de cada uno. Si quiere más te lo va a pedir, pero ver mucha comida en el plato puede causarle ansiedad y hacer que la haga a un lado o la tire.

- El apetito de tu niño varía de una comida a otra y de un día a otro. No te inquietes demasiado si no consume la cantidad que crees que necesita. Demuéstrale que respetas sus señales de hambre y de satisfacción.

- Si quieres que coma alimentos saludables permítele escoger entre calabaza y brócoli, pollo o pescado, arroz o pasta. ¡A los niños les encanta tener opciones!

- Coman en familia, sin presiones ni discusiones de ningún tipo. Un ambiente amoroso y tranquilo es ideal para que se sienta tranquilo y coma sin problemas.

- No coman viendo la televisión o teniendo juegos cerca, mejor platiquen entre todos e involúcrenlo en la conversación.

- Dale tiempo para masticar, tragar e incluso jugar un poco con un nuevo alimento. Jugar con los alimentos es una manera de conocerlos. Apurarlo hace que el proceso de comer sea menos divertido y provoca estrés.

- Si quieres que tu pequeño coma verduras, es importante que te vea a ti comerlas. Intégralas en sus alimentos favoritos y permite que las prueba, tal vez al inicio no le agraden, pero si continúas ofreciéndolas terminará por comerlas algún día. No te preocupes, lo hará.

- ¡Acepta el desorden! Hará que la experiencia de la alimentación sea más placentera tanto para ti como para tu bebé. Permítele explorar, aunque haga un desorden: los niños pequeños por lo general necesitan ver, tocar, oler y probar un alimento antes de consumirlo.

- Sé paciente. Si tu niño pequeño rechaza un alimento, quizá sea solamente porque no lo reconoce. No renuncies a un alimento rechazado; trata de prepararlo de una manera diferente y ofréceselo nuevamente.

- No lo sobornes con dulces. Esto le enseña que algunos alimentos son deseables mientras que otros no lo son.


Algo que es muy importante tanto para tu hijo como para tu tranquilidad es que confíes plenamente en él, ya que los niños son capaces de detectar lo que necesita su cuerpo, incluyendo la cantidad de comida que necesitan. Incluso, notarás que cuando tenga hambre, él solito te pedirá.

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